Los hombres de metal ni siquiera se detuvieron a pensarlo. Horrorizados por la barbarie, les trajeron la muerte civilizada. Y tampoco se detuvieron a pensarlo... Con sus argumentos, sus razones, su raza, su Dios: todos superiores; no había porque pensarlo: estaban haciendo el bien.
Y mientras el humo comenzaba a elevarse, en otro rincón del continente, un águila, una serpiente y un jaguar se despedían de este mundo junto con todo un pueblo.
La Historia la escriben los vencedores.
3 comentarios:
UFF.....DURISIMO...
Sin comentarios...
En parte tienes razón, pero la historia no tiene punto final. Siempre existirá un historiador que la reescriba. El pasado cambia en la medida que establecemos nuevas relaciones con él.
Saludos!
Esperamos el cuento completo!
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