Ante todo, soy un hincha del fútbol, aunque tenga la v azulada marcada en el pecho. Me gusta ir a la cancha cuando puedo. Lamentablemente, no es un lugar donde pienso ir a corto plazo.
No tanto por un problema de seguridad personal, sino como mi forma de protesta a la mala organizacion y al desinteres por cambiar la situacion actual del futbol.
La policia es intrascendente. Favorece la violencia. Mientras mas grandes son los operativos, mas recaudan. Por eso, no intervienen en los conflictos. La solucion, dicen, es que vayan mas policias. Los clubes se encargan del gasto. En los casos del ascenso, con menos seguidores y sin hinchadas visitantes, se ven obligados a cobrar un "bono contribucion". Partidos con cien hinchas visitantes eran calificados como "de riesgo" y los policias eran doscientos cincuenta.
Otro problema es la mentalidad del hincha promedio. Solemos festejar los episodios violentos o provocarlos. Hablando de Velez, en un partido con San Lorenzo, desfilo Tito Pompei, reconocido hincha de Huracan, con la Copa Libertadores, el karma cuervo. Tambien esta el video de Palermo llorando en Japon, de mal gusto. La hinchada cantando a los de Argentinos: "te faltan dos menos" por chicos fallecidos en la tragedia de Cromagnon. Estas cosas no tienen mi apoyo y no tendrian que tener el de nadie. No generemos violencia sino queremos muertos de nuestra o ninguna camiseta.
Las barras se creen "pulentas" por entrar gratis, tienen privilegios, pasan lo que quieren mientras que los giles de siempre nos comemos los cacheos. Maricones como el de ayer te tiran con el fierro a la espalda. Asi se la aguanta cualquiera.
Paremos con esto ya! Lo que mas quiero es, en el dia de mañana, poder llevar a la popu a mis hijos, sobrinos y estar seguro. El futbol es la pasion argentina por excelencia. ¿Por que tiene que salpicarse la redonda con sangre? ¿Por que tenemos que ir sin saber si vamos a poder volver? ¿Peleas entre el mismo equipo? ¿Los intereses personales por sobre la camiseta?
Mientras tanto, tendre que comprar el paquete de Cablevision y acomodarme en el sillon con el control remoto esperando por tiempos mejores, y quiera Dios que no le hayamos encontrado el gusto al beisbol.
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